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¿Qué le pasa a tu cerebro cuando te enamoras?

Cuando estamos enamorados nuestro cerebro segrega unos niveles altos de dopamina y noradrenalina. Además, en este proceso tenemos un nivel bajo de serotonina que está vinculado a los pensamientos obsesivos de estar con la persona a la que amamos. Para comprenderlo en profundidad, la dopamina en grandes cantidades aumenta el nivel de testosterona, que es la hormona vinculada al deseo sexual y que tiende a asociarse a la capacidad de concentración, la exaltación y dependencia que son síntomas de adicción.


El comienzo del enamoramiento hace el mismo efecto en el organismo humano que una dosis de cocaína, según demostró el psicólogo Arthur Aron de la Universidad de Nueva York a partir de la tomografía del cerebro. A los participantes de su experimento les mostraban fotos de sus enamorados y en ese momento, la zona de su cerebro, al motivarse, se saturó de dopamina, una sustancia que aparece en la sangre al sentirse sensaciones agradables como, por ejemplo, mantener relaciones sexuales, comer chocolate o consumir drogas.


En tales situaciones, en la sangre se producen más tarde las hormonas oxitocina y vasopresina, que estimulan la formación del contacto emocional entre los enamorados.

La oxitocina aparece en los momentos de mirarse a los ojos durante un largo tiempo, de abrazarse o durante un acto sexual.


No te vuelves solo adicto a esa persona que duerme a tu lado, sino a la gran cantidad de drogas que produce tu organismo cuando te enamoras. Se genera un cóctel ¡Estas bajo los efectos de las drogas de la felicidad!. Estas sustancias que produce el cerebro se denominan hormonas endógenas (se producen en la corteza cerebral). Cuando estamos enamorados, la dopamina, oxitocina y feniletilamina aumenta 7000 veces su cantidad.


La dopamina es el neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer. Pero parece ser que el verdadero enamoramiento nos asalta cuando se produce en el cerebro la feniletilamina, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.


Nuestro cerebro genera dopamina, norepinefrina y oxitocina cuando se inunda de esta última sustancia. Es entonces cuando los neurotransmisores dan lugar a los arrebatos sentimentales. Es por esto que se recomienda no tomar decisiones importantes en ésta etapa ya que el cerebro no es objetivo.


Estar enamorado consume muchos recursos y no podríamos vivir así mucho tiempo, es por ello que el enamoramiento no dura siempre, se estima que esta etapa de enamoramiento dura hasta 3 años. Con el tiempo el organismo se hace resistente al efecto de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente.


Comienza una segunda fase del amor caracterizada por la pertenencia y un amor más sosegado. Esta etapa viene acompañada de sentimientos de seguridad, comodidad y paz. Las protagonistas de aquí son las endorfinas (compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos). Son ellas las que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego.


Es por ello que se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos. Cuando la atracción bioquímica decae, la pareja se enfrenta a una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor (compañerismo, afecto y tolerancia).


Si decidiéramos cambiar de pareja, sólo por sentir otra vez la pasión, no olvidemos que una vez más volverá a repetirse el ciclo. Una y otra vez.





 
 
 

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