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Neurotransmisores: los mensajeros químicos en tu cerebro y cuerpo

Actualizado: 17 mar 2022


Los neurotransmisores constituyen el lenguaje del cerebro y permiten que las neuronas se comuniquen con otras células del mismo, pero eso no es todo: también los músculos reciben señales de los neurotransmisores. De hecho, estos mensajeros químicos envían información por todo el cuerpo.


Para entender cómo funcionan los neurotransmisores en el organismo, analizaremos los mensajeros químicos más notables.


El proceso arranca donde estos mensajeros químicos se almacenan: en diminutos compartimentos del extremo de las neuronas, llamados vesículas sinápticas. En ellas viven los neurotransmisores hasta que el cerebro necesita enviar un mensaje.


Cuando una neurona da una orden (lo que se conoce como activación de un potencial de acción), los neurotransmisores entran en acción. Estos potenciales de acción llevan temporalmente a las neuronas a un estado energético superior. Más energía significa que las células cerebrales pueden descargar neurotransmisores en el espacio entre ellas y la siguiente neurona. Este espacio entre neuronas se llama sinapsis.


A continuación, las neuronas vecinas recogen los neurotransmisores en la sinapsis después de que detona un potencial de acción. Sigue una reacción en cadena. Cada célula del cerebro libera neurotransmisores que difundirán el mensaje. Una vez ejecutada la orden, los neurotransmisores se descomponen, se alejan flotando o son retomados por las vesículas sinápticas de las que salieron.


Los 7 principales neurotransmisores



Algunos de estos neurotransmisores son excitatorios, es decir, que incitan a otras células cerebrales a enviar órdenes. A otros neurotransmisores se les considera inhibitorios, o sea que detienen los potenciales de acción y ayudan a que el cerebro inhabilite la acción.


1. Glutamato


Este aminoácido es común en la dieta, y actúa como neurotransmisor excitatorio: estimula a las neuronas para que manden órdenes.


Solo se necesita una pequeña cantidad de glutamato para estimular las células cerebrales vecinas. Demasiado glutamato puede complicarle las cosas al cerebro, pues el exceso puede estimular exageradamente a las células. Aquí entran las proteínas transportadoras para llevarse el exceso de glutamato y proteger al cerebro.


El cerebro utiliza el glutamato para construir vías entre las neuronas que refuercen la memoria y favorezcan el aprendizaje.


2. GABA (ácido γ-aminobutírico)


El GABA es un importante neurotransmisor inhibitorio: reduce la actividad del sistema nervioso central y bloquea ciertas señales del cerebro, sin esto el cerebro estaría “prendido” todo el tiempo, es necesario para producir un efecto calmante que desacelera y reduce el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, además de favorecer la relajación para conciliar el sueño.


Dedique un tiempo a relajarse paulatinamente antes de irse a la cama. Reduzca la exposición a la luz para favorecer la producción de GABA en el cerebro. La respiración profunda y la meditación de atención plena suelen incrementar el GABA y ayudar, así, a reducir el estrés y a conciliar más rápidamente el sueño.


3. Dopamina


La dopamina inunda la sinapsis entre neuronas cuando sucede algo gratificante; es responsable de ese torrente de alegría cuando se alcanza un objetivo o una tarea resulta exitosa. La dopamina anima al cerebro y produce sensaciones placenteras.


Ciertos fármacos abusan del sistema de recompensa del cerebro porque lo estimulan para que libere una cantidad exagerada de dopamina, lo cual da lugar a una sensación temporal de placer, o “subidón”. Pero bajar de un subidón de dopamina puede ser difícil; tal vez se sienta deprimido, cansado y sin interés por sus actividades favoritas.


Los fármacos no son la única manera de interferir con los niveles normales de dopamina del cerebro. Algunas actividades adictivas como los videojuegos, las apuestas y las compras dan lugar a subidones similares. El aumento repentino de dopamina en el cerebro puede hacer difícil deshacerse de esos hábitos, por eso es muy importante entender el funcionamiento de la dopamina y mantener a raya esos comportamientos.



4. Adrenalina (epinefrina)


Este neurotransmisor es responsable de la respuesta de lucha o huida del organismo. La adrenalina la producen las glándulas suprarrenales situadas por encima de los riñones, pero el mensajero químico actúa en todo el sistema nervioso central para acelerar el ritmo cardiaco y llevar rápidamente oxígeno a los músculos.


La adrenalina es el mecanismo de defensa del organismo contra el estrés. Si se le ha hecho tarde y tiene miedo de perder el avión, la epinefrina acelera la respiración y el ritmo cardiaco para que pueda atravesar corriendo la línea de seguridad.


La adrenalina también agudiza la toma de decisiones. La siente entrar en acción en un examen escolar. Los neurotransmisores como la adrenalina pueden ayudar a que el cuerpo se dé cuenta de que el cerebro quiere responder ante una situación estresante.


5. Serotonina


Dele un respiro al cerebro y enfóquese en el intestino. La serotonina es una importante sustancia química cerebral que actúa en gran parte también en el intestino


En el sistema digestivo, la serotonina favorece la sensación de satisfacción después de haber comido y mantiene a raya al apetito. Los alimentos podridos o echados a perder suelen producir náuseas porque la serotonina entra en acción cuando se ingiere un alimento potencialmente tóxico: hace que el cerebro produzca una sensación de mareo y ayuda al intestino a deshacerse rápidamente de lo que consumió.

En el cerebro, la serotonina funciona de manera algo diferente: influye mucho en el estado de ánimo y da lugar a sensaciones de bienestar y felicidad. La serotonina también ayuda a disfrutar de un sueño reparador y pone en marcha el reloj interno del cuerpo.


Es posible un desequilibrio de serotonina si el cerebro no la produce en suficiente cantidad; se podría experimentar una sensación de desánimo e insomnio, incluso confusión y niebla cerebral.

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Por otra parte, un exceso de serotonina circulando por el cerebro puede ser más peligroso. Algunas drogas ilegales hacen que el cerebro descargue de una sola vez en la sinapsis toda su reserva de serotonina. Este pico repentino y el posterior desplome se llama síndrome de la serotonina, y puede dar lugar a paranoia, deteriorar el juicio e impactar negativamente la memoria.



5. Oxitocina


Desenmascaremos algunos mitos sobre la oxitocina. Este neurotransmisor es mucho más que la “hormona del amor.” Es más que el tierno mensajero químico que supuestamente es.

La oxitocina es un poderoso neurotransmisor que incide en muchas funciones del organismo. El cerebro fabrica oxitocina en el hipotálamo y lo libera vía la glándula pituitaria para provocar respuestas en todo el cuerpo.


La oxitocina impulsa las contracciones del útero cuando una mujer da a luz a su bebé. Este mismo mensajero químico fomenta el vínculo entre madre e hijo inmediatamente después del nacimiento. La oxitocina también hace posible la lactancia materna y estimula la liberación de leche de las glándulas mamarias.


En los hombres, la oxitocina también desempeña un papel significativo en su cuerpo porque ayuda a que el cerebro establezca sólidos vínculos de lealtad y confianza, favorables para establecer importantes relaciones con los amigos y la familia.


Agradezcan a este mensajero químico la próxima vez que interactúen con las personas importantes para ustedes. Su organismo necesita oxitocina para su salud física y social, para vivir y amar.


6. Acetilcolina


La acetilcolina actúa en las uniones neuromusculares, punto donde se encuentran el sistema nervioso y los músculos. Cuando las neuronas liberan acetilcolina, las proteínas receptoras de las fibras musculares la captan. Luego, su presencia desencadena un potencial de acción u orden en las fibras musculares, pero en vez de enviar señales a una célula cerebral, la acetilcolina provoca contracciones musculares.


Cada vez que usted mueve los músculos, entra en acción la acetilcolina. Pueden ser movimientos voluntarios o inconscientes, como los latidos cardiacos o las contracciones de la peristalsis, que mueven los alimentos por el sistema digestivo.


Pero la acetilcolina no solo provoca movimientos musculares, este importante neurotransmisor también impacta en las funciones de aprendizaje y de memoria del cerebro.



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